Vicente Antonio Vásquez Bonilla
Existen dos palabras
Dos palabras que nunca dije
Dos palabras desconocidas para mí
Dos palabras que jamás brotaron de mi boca
Ni simbolizaron nada.
Como no conocí su significado
No me hicieron falta
Lo que no se conoce
Lo que no se pierde
No se extraña
La tristeza no me tocó
Para mí era lo normal
Mi mundo era así
Lo natural
Lo cotidiano
No sé si en aquellos tiempos
Existían especiales días
Dedicados a la festividad
De tan usuales vocablos
O fueron posteriores invenciones
Creadas en sincero homenaje
Para distinción de seres reales
O en pro de logros comerciales
Dos palabras que se mantuvieron
En el limbo de mi existencia
Ignoradas, desconocidas
Ni virtuales tan siquiera
Y sin embargo
Para muchos
Tan simples y comunes:
Papá y mamá
Nota:
No sé por qué
hoy a mis setenta y cinco años
vengo a escribir esto
y con los ojos húmedos.(2015)
Comentario
Estimada María del Carmen: Gracias por lectura y tu comentario. Por tal rezón nunca he participado en ningún concurso del día del padre o de la madre. Bendiciones, Chente.
Hermoso y triste poema. Nos toca el alma
Estimada Liliana: Gracias por tu lectura, por tu bonito comentario. Feliz día, Chente.
Para mí era lo normal
Mi mundo era así
Lo natural
Lo cotidiano
Vicente
Lo admiro porque tanta gente llora por sus padres DESCONOCIDOS ,se excusan que son asi por la falta de ellos.
Excelente!
Gracias
mary
Estimada Ingrid: Gracias por tu lectura y tu sentido comentario. Que Dios te bendiga, Chente.
Estimado Hugo: Gracias por tu siempre agradable presencia y por tu comentario. Un abrazote, Chente.
¡Qué triste y qué bellísimo poema, Vicente! me has hecho emocionar. A veces ocurre así....hay muchos huérfanos por el mundo....Te cuento que mis padres se divorciaron cuando yo tenía apenas cuatro años de edad...y desde entonces la figura de mi padre se convirtió nada más en visitas de cumpleaños, de algunos domingos, y de navidades. Ya nunca nada fue igual. Felicito tus letras y te dejo mi abrazo fraterno.
Dos palabras que muchos aprendimos a balcucear, luego a escribir, y por último, a valorar. Abrazo de mono y mis buenas energías para ti, mi estimado Vicente Antonio. ¡Cuídate mucho!
Estimada Marcela gracias por tu lectura y tu sentido comentario. Abrazos, Chente.
Estimada María Beatriz: Gracias por tu lectura y bien pensado comentario. Me tocaste el corazón. Eres una gran amiga. Que Dios te llene de bendiciones y te proteja del chingavirus. Con especial aprecio, Chentelo.
Agregado por Nilo 0 Comentarios 1 Me gusta
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