Soledad
Atacada por feroz embestida,
mi piel solloza en el deseo.
El delicioso gusto de tu sal
me apura la sangre .
Voy como despistando
en un carril resbaladizo
No me contengo,
solo me deslizo.
Entro en el fuego voraz
me duelen mis íntimos rincones ,
esos que me enseñaste conocer,
a disfrutar.
Esto es implacable.
Aun elevando plegarias
no logro apagar este deseo
Entonces recurro al aliento
de mis propias manos.
Recurro y recorro con ellas
las fronteras que se van borrando
Continúo en vorágine
hasta que en un instante
se me escapa la vida.
Quedo inevitablemente suspendida
en esta maravilla .
Luego con la boca seca
sin aliento
lentamente me recobro.
Entiendo un poco menos del destino.
Solo queda como prueba
el tallón empapado
a veces la sábana Indiscreta.
Marìa Graciela Muñoz
Etiquetas:
bravisimo
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