EN SU DÍA A UNA MADRE MARAVILLOSA QUE SUPO LLENAR NUESTRAS VIDAS DE DIAMANTES Y PERLAS PRECIOSAS – CARMIÑA OLIVENCIA VALLADARES
Decirles que la amamos con todo nuestro corazón es poco. Carmiña fue la mejor madre del mundo. Siempre le he dado gracias a mi Dios que escogió esta madre para nosotras.
Cada recuerdo, cada movimiento de su vida lo dedicó a darnos lo mejor que ella poseía: su dulzura, su alegría, su amor por la humanidad, su fe cristiana, y sobre todo, su extraordinaria generosidad.
Decirles que la amamos entrañablemente es poco. Hacer 27 años nos sigue protegiendo y guiando desde el cielo de los santos. Cuando me encuentro en situaciones difíciles clamo a la Virgen Milagrosa y a ella, mi santa Carmiña, con la completa seguridad de que intercederá para que se cumpla el ruego.
Mañana le llevaremos flores a su tumba, como ella nos pidió siempre. ¨No dejen de llevarme unas florecitas cuando yo me muera¨ Me parece que fue ayer cuando le dimos el último beso en su hermoso rostro. Dios la tanga descansando y feliz convertida en rayo de luz tibia para que continúe alumbrando nuestro camino hasta el reencuentro celestial.
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