"... Y YO, TARAREANDO TU CANCION"
¡Cómo, llorar aún, me haces amigo!
Sentada en el postigo de añoranza
reverbera en lagunas de romanza
la canción que una vez oí contigo
Llego a ver tus orillas con espigos
con un vaivén de viento que quebranta
alzando en espiral, emoción santa
que a crisol del ayer, vuélvanse abrigos
¡¿Si te amé?! ¡¡Te adoré!! Como rio ardiente
¡Que aún sacude el alma penitente!
Por anhelos en pétalos de unción
Mas la tarde cedió... "El sol se nos fue"
y en esta soledad, sola quedé
con el tararear de tu canción
Beatriz Vicentelo
Derechos Reservados
Comentario
Ay que me estaba olvidando de agradecerte mi "ché" querido!
Ciertamente la voz de un hombre se vuelve eco salido del alma, sobre todo ahora que el tiempo pasa inmisericorde sin respetar nuestros sentimientos por personas que nos dejan huellas en nuestra vida. Eso da penita Ricardo...
¡Tantos compartires hermosos, haber disfrutado de su mano acariciante haciendo esfuerzo por consolarme en momentos difíciles, haber sentido que nunca se separó de mi...
Tantas ofrendas que me ha dado me llena de nostalgia y de mucha pena, el no saber nada de él o suponer que algo le ha pasado me está llenando de consternación y desespero. Los amigos también se van. ¡Duele mucho cuando los reconocemos como nuestros y no aparecen!
Un abrazo mi lindo Ricardo! Ojalá pronto sepa de él. Le he escrito varias veces, antes él era el que me escribía, ahora ni me contesta, ni se absolutamente nada de él... ¡Me inquieta bastante!
Besos mi amado amigo! Eres especial para mí, no obstante que a veces nuestras opiniones difieren; pero eso es secundario, cuando los sentimientos sí coinciden!
Mas besos y te me cuidas si?
Gracias inmensas mi querido Críspulo, besos!
De igual modo Ma. de los Angeles... mi dulce y amada poeta favorita! Todo mi cariño
Y mi agradecimiento a tu presencia y gentil comentario mi querida Ma. Inmaculada!
Besos a todos
Fascinantes metáforas en tus versos amiga Beatriz, un placer leerte siempre, abrazos.
SI, SUBLIMES VERSOS FORMAN TU SONETO
La magia de una melodía soltando esa nostálgica soledad que describe tu soneto, se acopla en la intensidad que puede brindar un ramillete de violetas. Un hombre se hunde en la voz de la canción y el eco del recuerdo grita aquello que sabe bien el interior del alma. Triste soneto que no deja ni siquiera el resquicio de la esperanza para un hipotético regreso. Si, mi princesa incaica, el soneto es bello, pero uno de los más tristes de todo aquello que he leído de ti. Lágrimas aparte, felicitaciones mi hermosa dama peruana.
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