Voy remando hacia el ocaso.

[MANUEL ANTONIO IBARRA ACOSTA]

Voy remando hacia el ocaso

en una barca prestada

la traición cual desdichada

el recuerdo de un fracaso.

 

Con el pelo tan escaso

rosando el agua muy fría

 y con la mirada perdía

sobre la mar del remanso.

 

Adiós delirio perdido

con el corazón desecho

sangrando tan mal herido.

 

Voy rumiando este despecho

quizás no fui el preferido

ver el sol junto a tu lecho

 

Manuel  Ibarra

Caracas/Venezuela

23-03-2021

Derechos  reservados.

[Delia Pilar]

Buen poema, aunque se ve que tu estado de ánimo en la época que hiciste el poema no era tan bueno. 

Bueno, hay momentos y momentos; creo que todos pasamos por estos estados de ánimo. 

Fue un placer leerte, Manuel, agradezco tu aporte a OME y te felicito por tu inspiración.

Saludos fraternos. 

[Maria Beatriz Vicentelo Cayo]

Adiós delirio perdido

con el corazón desecho

sangrando tan mal herido.

 

Voy rumiando este despecho

quizás no fui el preferido

ver el sol junto a tu lecho

¡Ah mi querido Manuel!   Qué letras Dios mío!  Atravesamos el mar de la vida con optimismo,  con empeño,  lleno de ilusiones,  plenos de fortaleza decididos a llegar a buen puerto.   ¡Ay ese "buen puerto" pareciera una utopía!  A la larga, al menos en mi caso, estoy segura que no existe ese buen puerto!   Porque si subió alguien a tu embarcación,  en algunas ocasiones fue para perjudicarte; en otras acaso era tan lindo, que se murió y cayó por la borda.  Y los hijos que te ayudaron con los remos, se quedaron en alguna isla,  viendo su propia embarcación. 

Y si, a las finales estás remando solo mirando la rutinaria marea, donde te da igual que haya calma o temporales; y es tanta tu rutina que piensas  ¡Cómo no viene una gran ola y de una vez por todas desaparezca mi bajel!  Pero ni eso sucede... como dices, tienes que seguir remando "con el corazón desecho//sangrando tan mal herido.

No creas yo le pongo música a mi barco a fin de no decaerme, pero los días pasan y tratan de convencerme,  que por más que haga lo que haga, mi realidad es aquella que llaman soledad.  ¿El puerto?  ¿Cuál?   ¿Existe?  Cuando se está en mares del ocaso, no se ve ningún puerto que nos espere, por más música que pongamos!  

No quiero ser pesimista con mi comentario,  pero... yo también tengo mareas oscuras y comprendo perfectamente estas letras, que son tan igual a las que yo siento infinidad de veces.  ¿Y mi Robert de Niro? jaja

Aplausos,  besos y abrazos!!