Mis abuelos me hablaron una vez
del chip de la muerte
-no fue esa palabra precisamente-
Ello me dijeron
que Dios ya sabía el día en que partiría
-que estaba escrito-
Por eso ahora
con mis años a cuesta
pienso en lo difícil del olvido
de la cuenta que se activa en reversa
Por ello cada amanecer
se convierte en un regalo
un suspiro
para amar sin vuelta atrás
-por si el alma tiene continuidad
no se pierda en los amaneceres
que desgajan la rutina-
Al final quiero marchar lleno de pasión
en mi etérea alma
no llevando un vestido
de odio y amargura
Pero sucede que mis abuelos
no sabían que en Medellín
Maracay o Ciudad Juárez
Dios perdería el aparatico
ese que activa el chip de la muerte
Fue interceptado primero
por unos capos allá en Medellín
luego se lo vendieron
a los del Cártel de Juárez
quienes parece quieren negociarlo
con los malandros de mi barrio
Se lo robaron quienes
asesinan mujeres en Chihuahua
Ahora activan el chip a su antojo
en una calle en penumbra
donde una vez durmió tu sueño
en un transporte público
con olor a transeúnte desconocido
en la bala mensajera que se incrusta
en la cara de un niño
Allí donde el reptil mató
a sangre fría al límbico
lanzándolo al río Bravo
para sepultar la poesía
Ciudad Juárez es el presente
Hoy por ti elevaremos metáforas
contra las bestias
que permitan recuperar el chip de la muerte
y devolvérselo a Jesús, a Buda o Alá
para que sean ellos en nombre Supremo
los que vuelvan a tener
el designio de cada nacimiento
cada esperanza
cada adiós
Hoy por Ciudad Juárez
conjuraremos la vida
para que Maracay
no viva las penurias
que te ha tocado vivir.
Comentario
La violencia, flagelo de nuestros tiempos aciagos donde se multiplican la corrupción y tantos agravios que denigran la integridad humana, la desvaloriza y la sentencia irremediablemente. Indiscutiblemente aumenta enormemente la mortalidad, debilita al Estado de derecho, obstaculiza el desarrollo económico, reduce la formación de capital humano, recrea capital social perverso, crea temor en la sociedad civil y disminuye la calidad de vida de los ciudadanos. Se vive en medio de la incertidumbre y la inseguridad.
Gracias por este compartir que nos invita a la reflexión más profunda y a la toma de conciencia.
Es tan verdadero todo lo que nos transmites en tus versos y tiene tanta vigencia en nuestros días donde la muerte nos acecha y la criminalidad tiende sus redes.
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