UNA HONDA TRISTEZA
Una honda tristeza me embarga,
una agonía que parece llanto,
una daga que atraviesa el alma,
quebrantos, solo son quebrantos.
Anoche sentí del amor la llamarada,
y sentí también que me moría,
cuando tú me hiciste sentir nada,
besando a otra boca, no la mía.
Más siento del amor la despedida,
y pienso que se va quizás mi vida,
más no volveré siquiera la mirada,
yo nunca rogaré, a ser amada.
Te vas, te fuiste, ya no hay nada,
que me haga pensar en tu partida,
si fuiste mi amor en la alborada,
ahora solo eres, despedida.
Adiós, te digo, hasta siempre,
jamás recibirás una sonrisa,
ni besos en el aire, ni suspiros,
salidos de mi boca y de mi mente.
Quizás estoy siendo cruel y tú castigo,
será saber que me perdiste, ahora,
cuando casi en tus brazos me perdía,
y te amaba, y soñaba con tu aurora
Gladys Alvarado copyright © 2011
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