TRINO DE VIDA
Los arrebatos y adversidades
en su marcha silenciosa
muy a menudo tentativo
coge la simpleza del andar
para apropiarse y todo lo pierde.
Los agudos vértices de mis manos
vacías calan con bayonetas afiladas
en la misma dureza de las piedras
que tienen corazón suelto, furioso
y abandonado en los escombros de soledad.
En tanto de lo alto curiosos ojos
se desploman cual cataratas al viento
y agua descuartizada buscando a ciegas
un cauce donde renacer la antigua
canción de cuna y arrullo del amanecer.
¡Cómo los otoños! conjurados se levantan
ante tanta desigual borrasca de hojas secas,
allá los eucaliptos, acá los guindales,
simples osamentas y espectros sin el verde
plata exhalando aromática vida arbolada.
Entre estas caóticas simplezas a tropiezos
perdidos en meditaciones tan subterráneas
hallé luminosa la esencia de los árboles,
cómo no sentir grandeza y peculiar resignación
porque desde ahora sí, otra vez, escuchare el trino.
Orlando Ordóñez Santos
Derechos Reservados – Imagen de la Red.
Comentario
Gusté tu versear, poeta.
Shalom colega de la pluma
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