Camuflada con el nombre de esa amante,
perdida once días, quizá la amnesia
le servía de puente a la imaginación.
Poirot buscaba el reloj de pulsera o un pañuelo,
quizá moría en su último viaje indagatorio,
mientras ese otro personaje que no está
más que escribiendo sola 66 novelas
hacía de rodillas su amor,
de rótulas gastadas sus palabras,
de anclas irreversibles donde la muerte
era una peripecia, la indeterminación
lo que pasamos todos por alto, la inminencia
una forma de subir a los vagones o a los barcos.
No hay que morir en el misterio;
la muerte es el misterio y por eso,
porque siempre lo sabes, inventas el final
Inesperado para que volvamos con vida
de tus libros,
un poco más rotos por la imagen
de que alguien nos vela para liquidarnos.
De mi libro inédito ALTAR DE DESCONCIERTOS
DERECHOS DE AUTOR PROTEGIDOS POR LEY
Comentario
Gracias, Aimée, por tu lectura y comentario ,abrazos
¡Siempre compartiendo tu talento!
Gracias,Ma.Beatriz, estos poemas los copartí por SVAI y ptras redes, pero como aquí se interrumpió el asunto, retomé por donde iba, gracias por dejar tu opinión que me honra, abrazos
Siiii, esta magnífica creación literaria ya te la había leído.. Has conjugado excelentemente su biografía con lo magistral de tu pluma mi querido Ronald.
¡Maravilloso compartir.. muchas gracias!
Agregado por Nilo 0 Comentarios 1 Me gusta
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