SUERTE PLACENTERA

[Benjamín Adolfo Araujo Mondragón]

SUERTE PLACENTERA

Con la muerte he vivido

una suerte placentera;

siempre cerca de mi

pero sin habitarme;

he visto escapar de

mis manos a mi abuela

Dolores, la madre de

mi padre; a la tía Carlota

Iniesta, hermana de mi

abuela y que viuda

vivió muchos años

con su hermana y

sobrinas...solteras siempre.

Luego viví la muerte trágica

-¿alguna muerte no lo es?-

de mis abuelos maternos,

Teodoro y Elodia, en ese

órden: sexagenarios ambos

plenos de salud e ilusiones;

él, en accidente carretero

en Ciudad del Carmen, Campeche,

en el bello sureste mexicano;

ella, en casa, en Lomas Altas,

el día que se disponía a ir a

una misa fúnebre de Teodoro,

cayó por las escalas del recuerdo

mientras daba alimento a sus canarios...

Más tarde fue Carlos, mi hermano,

en accidente carretero también

-trágico sino- y más delante 

Adolfo, mi padre, y mi madre,

Guadalupe...trágica fue asimismo

la muerte de un nieto recién nacido

pero como no había huella existencial

pasó el dolor...y sólo una vez yo

fuí amenazado de manera directa

con mi infarto cerebral, supe luego,

me tuvo al borde ¡pero nunca pude

tomar conciencia de ello,

dada mi frágil situación...!...

...y, muy recientemente, la muerte de

mi hermano Arturo, once años menor

que yo: murió de infarto...y tan, tan...

un dolor en el alma queda como recuerdo.

Muchas han sido, sin duda, las ausencias

de amigos, muchas las causas, divergentes

las formas. La muerte suele ser una artista

en ésto de llevarse a los seres queridos;

nunca repite formas; original su apuesta

es en todo momento, siempre ese sello

le cuadra y le acomoda; pero llevo, pese

a todo, una suerte placentera con ella

pues cuando llegue el momento señalado

por Él, preparado estaré; creo que ya estoy...

...pero puedo entretanto concluir mi relación

con ella ¡¡¡siempre ha sido placentera!!!

[Benjamín Adolfo Araujo Mondragón]

¡Gracias Chente; feliz miércoles!

¡Cuidémonos!

[Benjamín Adolfo Araujo Mondragón]

¡Gracias Eban; muy buenas noches y feliz amanecer de miércoles!

¡Cuidémonos!

[Benjamín Adolfo Araujo Mondragón]

Querida María Beatriz ¡Este poema es, de algún modo, un acto de preparación para la muerte; ella se acerca y no le temo aunque no la deseo porque amo la vida; gracias por tu punto de vista y tu lectura!

Muy feliz y relajada noche y sano amanecer de miércoles.

Pandemia.

[Vicente Antonio Vásquez Bonilla]

Estimado Benjamín: La muerte es parte ineludible de la vida. Todos la hemos tenido cerca muchas veces, no se puede hacer nada para evitarla. Nuestro seres queridos que nos han antecedido, dejado huella en nuestra memoria.  Tu escrito es un homenaje a sus vidas. Bendiciones, Chente.

[Eban Catalán]

Depende de como se mire...al final todos tenemos que enfrentar ese momento, nacimos

para morir.

Placer leerte,amigo.

Que tengas lindos días.

Un abrazo

[Maria Beatriz Vicentelo Cayo]

Qué bueno que veas a la muerte placentera mi querido Benja!!

La muerte desde el momento que es parte de la vida,  yo creo que no debemos tenerle miedo.  Claro que cuando hemos venido al mundo, ni hablar de acordarnos si sentimos o no,  el impacto cuando salimos del útero materno al mundo.  

El adagio aquél que dice;  "No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy" no termina su pensamiento, porque debiera agregar  "mañana puedes no estar".  La muerte no tiene hora de llegada, no avisa; y al llegar sin avisar muchos proyectos y sueños quedan inconclusos.

Algunas personas tienen miedo a la muerte, otras no;  a mi me alegra que tú la veas placentera, para así llegado el momento irnos con una sonrisa en nuestro rostro.   Sería la mejor despedida que le diéramos a los nuestros.

Gracias Benja,  tu publicación deja reflexionando!

Un abrazo