ROMANCE DE SAN TOMÉ
San Tomé de mis andanzas
San Tomé de mis afectos.
Desde esta tierra distante
te saludo con mis versos,
escritos en la distancia
con la pluma del recuerdo.
¡Que linda estampa tenías
feraz campo petrolero!
Veo en mi mente tus calles
límpidas como un espejo.
La plaza con sus cayenas
cuidadas con gran esmero.
La floresta que mostraba
su acuarela de reflejos.
y el césped que se bebía
el agua entera del riego.
Allí estaba la fontana
con su manantial abierto,
escuchando la canción
de sus aguas en ascenso.
Frente a la plaza, la escuela.
Academia de mi tiempo.
Mostraba los guardapolvos
que llevaban los pequeños,
símbolos indiscutibles
del cuidado y del aseo.
En ella aprendí a entonar
el himno nacional nuestro
y a ingresar a los salones
saludando a los maestros.
Patete, Rojas Zurita,
Mariño, Ovidio Valerio,
Italia, Umanés, Lezama,
el bardo Efraín Subero
y otros tantos que se escapan,
se escapan de mi cerebro.
Además, en esa plaza,
se encuentra el sagrado templo
que regentaba Pomponio,
aragonés gordo y bueno.
Iglesia para dos campos
con un solo Dios adentro.
Rincón para pedir algo
con el rito de los rezos.
Por mi memoria transitan
los momentos navideños.
La música de aguinaldos;
Los vasos de café negro
envenenados con ron
para darle fuerza al cuerpo.
Como olvidar mis andanzas
por la calle setecientos.
Trompos, “pichas” y boliches,
beisbol, futbol y otros juegos.
El fígaro que cortaba
rápidamente el cabello,
tan solo por un bolívar
paradito y sin espejo.
Los chaparros y mereyes,
permanentes compañeros
que ornaban la isla del burro,
cuartel para los solteros.
La incursión a Campo Norte.
para hurgar ese terreno.
Don Itriago, en el portón,
pero ya yo estaba adentro
porque brincando la cerca
me gradué como un experto.
En ese sector del campo
se hizo posible el empeño
de ver al “Desinfectante”,
como excelente vocero
y mediante él censurar
con cortesía y respeto
a las damas engreídas
de aquel sector petrolero.
Por ahí anda Armando Pazos,
César Blanco, que es galeno,
y uno con las ilusiones
de ser un buen reportero,
rememorando esos ratos
con que se forman los cuentos.
¿Cómo olvidarme, Señor,
de esos acontecimientos?
Y pregunto con nostalgia:
¿qué fue de ese campo inmenso?
Y cuando me cuentan todo
llega el dolor con su acento,
y las lágrimas se escapan
para mojar mi pañuelo.
Freddy Belisario Capella.
The Woodlands. Texas.
Julio 10/2020.
Comentario
GENIAL!!!
Perfecto romance, amigo mío. Mis congratulaciones.
¡Hermoso poema!
¡Muy bello versar memorioso, Freddy!
Mostraba los guardapolvos
que llevaban los pequeños,
símbolos indiscutibles
del cuidado y del aseo.
En ella aprendí a entonar
el himno nacional nuestro
y a ingresar a los salones
saludando a los maestros.
-.-
¿Cómo olvidarme, Señor,
de esos acontecimientos?
Y pregunto con nostalgia:
¿qué fue de ese campo inmenso?
Y cuando me cuentan todo
llega el dolor con su acento,
y las lágrimas se escapan
para mojar mi pañuelo.
¡Precioso Romance mi querido Freddy! Cómo, cómo olvidar esos momentos? ¡IMPOSIBLE DE OLVIDAR!
Agregado por Nilo 0 Comentarios 1 Me gusta
Agregado por Nilo 0 Comentarios 1 Me gusta
© 2025 Creada por Aimee Granado Oreña-Creadora. Con tecnología de
Insignias | Informar un problema | Política de privacidad | Términos de servicio
¡Tienes que ser miembro de ORGANIZACION MUNDIAL DE ESCRITORES. OME para agregar comentarios!
Únete a ORGANIZACION MUNDIAL DE ESCRITORES. OME