¡Qué felicidad¡ llegaste tú
Con esa tierna mirada
Tus gráciles manecitas
Aprietan suavemente
Mi pecho, guardándote
En mi calor maternal.
Fuiste creciendo entre juegos y sonrisas,
esos rizos castaños claros
que no se doblegan al viento
como tu ser a la vida
a esa vida de sufrimiento
en la que tu espíritu aliento.
Hoy, eres ya una mujer
Amorosa, buena e inteligente
Dejando atrás el dolor
Para abrir las ventanas
de la felicidad y sé cómo el ave fénix,
que de las cenizas resurge.
Comentario
A todos los compañeros que habeis brindado vuestros gratos comentarios ofrezco mi agradecimiento a cada uno de ustedes. Bendiciones
Emocionantes letras
Gracias
mary
Hoy, eres ya una mujer
Amorosa, buena e inteligente
Dejando atrás el dolor
Para abrir las ventanas
de la felicidad y sé cómo el ave fénix,
que de las cenizas resurge.
Siiii ¡Cómo crecen los hijos! Uno los cuida al extremo y después? Ellas son las guerreras y te cuidan, te protegen, se desconocen por ti! ¿Teníamos temperamento? Teníamos, fue bajando; ahora ellas hacen el papel de MAMÁ contigo!!
Bellísimas letras, que emocionan!
Gracias amiga!
Un beso
Hermosos versos querida autora, un placer disfrutar de la lectura, buenas noches.
Hermoso poema lleno de ternura, Cecilia. Un saludo cordial.
Agregado por Nilo 0 Comentarios 1 Me gusta
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