Entre las ramas localicé tus pensamientos
que habías callado, los recogí y me los llevé
hasta lograr desentrañarlos; y oh sorpresa
que recibí al ver abiertos tuyos los brazos
pero jamás logré entender por qué nunca,
jamás, me dijiste nada; y yo suplicaba
atención procaz y entre lamentos corría
y lloraba, mientras tus brazos allá estaban
bastante abiertos y en pos de mí, de mi ser.
En ese árbol logré mirar que entre las ramas
nunca debemos ocultar sentimientos o callar
sensaciones, sino, siempre desde la raíz darnos
a conocer con amplia expresividad nuestro ser.
Comentario
Estimado Benjamín: Gracias por compartir tu bello poema. Abrazos, Chente.
Hermoso querido Benjamín
Bueno ciertamente muchas personas no manifiestan lo que sienten y uno se hace una y mil conjeturas. Y cuando se toma una determinación basado/a en la apariencia , llegado el momento se da con que estaba equivocado en la apreciación,
¿Falta de acercamiento, de diálogo, de expresión, de intuición? Si, a mi también me sucedió y no hace mucho y cuando di la retirada con un "ya no quiero saber más de este asunto" resultó que me amaba. ¡Oh, vaya usted a que lo entiendan los brujos! Uno no es ni brujo ni adivino.
Muy cierto lo que has escrito Benja, pasa y pasa simplemente por no saber hablar; y hablar es expresarse no necesariamente con palabras eh?
Gracias mi querido amigo, un abrazo
un final muy conceptual, para un poema simbólico, que quizá mereció un mejor remate, hacernos vivir y no decir. abrazos
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