PASADOS
Existen pasados que nunca se olvidan
pues dejan sus huellas en la piel impresa.
Son los latigazos que a esta edad castigan
oyendo el chasquido del cuero que besa.
Después las secuelas infames se anidan
y expanden sus garras de manera aviesa.
Los malos recuerdos llegan e intimidan
y el tiempo del ogro de pronto regresa.
De la infancia quedan viejas cicatrices
que en el viejo niño ya tienen raíces
pero que crecieron, dañan y trepidan.
Y de esas acciones hechas sin conciencia
que un irresponsable hacía con frecuencia,
existen pasados que nunca se olvidan.
Freddy Belisario Capella.
The Woodlands. Texas.
Agosto 17/2020.
Comentario
De la infancia quedan viejas cicatrices
que en el viejo niño ya tienen raíces
pero que crecieron, dañan y trepidan.
Muy ingenioso!
Gracias
mary
Buen soneto que me ha recordado a los niños que sufren el ataque de sus iguales o de seres sin corazón que marcan la infancia y el futuro de esa persona. Desgraciadamente conozco el tema. Felicitaciones.
Un saludo
Tienes tanta razón amigo mío en ese mensaje que dejas entrever en tus versos.
Un soneto muy bien logrado en ritmo, acentuación y melodía nos regala el ingenio de tu arte de siempre.
Y es cierto que hay pasados que jamás se olvidan, pues marcan en demasía y sus cicatrices perduran para siempre y no las alivia ni el tiempo en su peregrinar inexorable.
No obstante de nosotros depende que el dolor persista, es necesario poner un punto final y mirar hacia nuevos horizontes, aunque las marcas queden.
Me encantó.
Un abrazo cordial lleno de admiración llegue a tu corazón de poeta.
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