OTRA AVENTURA DE JULIÁN.

Aquel día Julián se levantó temprano, se desperezó, tomó un baño y desayunó algo frugal. Había planeado hacer un recorrido por los lugares de la provincia, cerca de su Ciudad .Con su mochila en la espalda, que contenía una botella de agua y un emparedado, inició su camino andando. Le atraía la naturaleza con su oxigeno abundante, los olores de las flores y la sensación de libertad que ahí se experimentaba. Así paso la mañana disfrutando del paisaje, y pronto lo alcanzó la tarde bajo un árbol, en donde comió algo y bebió su agua. Continúo su paseo y después de caminar unos tres kilómetros, se encontró con una granja, con su casa de techo de dos aguas y sus patios. Todo cercado por alambre de púas. Dentro de la alambrada había una especie de corral en donde pululaban varios tipos de animales domésticos, entre ellos gallos, gallinas, pollos, patos y guajolotes. Cuando estuvo más cerca de la granja, apareció Bulmaro, hombre de unos cuarenta y dos años, entrado en carnes, con unas mejillas coloradas que parecían explotar. Con sus botas hasta media pierna y un sombrero ancho. Caminaba llevando en las manos una especie de canasta. Cuando estuvo cerca de los animales, metió la mano en dicha canasta y sacó algo que les lanzaba, y ellos lo comían con avidez. Todos los animalitos lo aceptaban con excepción de dos pollos, que se hacían los desentendidos y se alejaban, y se acercaban, hasta que al final tomaban el alimento que les ofrecía Bulmaro. Cuando terminaron de comer lo que les daba Bulmaro, todos ellos  comenzaban a estar inquietos, a brincar, a dar vueltas, y emitir todo tipo de sonidos de acuerdo a su especie. Era como un concierto animalesco desafinado. Ahí pudo ver Julián  en el alboroto como el pato  parecía discutir con el guajolote, las gallinas cacaraqueaban y corrían tras el gallo en forma exagerada, moviendo la cabeza con rapidez  hacia el piso y hacia los lados. Dos patos parecían tener un furioso dialogo y un guajolote caminaba hacia atrás expandiendo sus plumas a cada rato. Dos gallinas no querían comer, quizá sabían lo que les pasaría si tomaban ese alimento, pero luego se pusieron a pensar en lo que les pasó a sus dos hermanas, que el diablo de coyote se había llevado. Así que caminando despacito se acercaron a Bulmaro que con agrado les dió de comer con la mano. No tardaron las dos gallináceas a entrar al concierto desplegado en el corral. Julián al ver esta rara reacción de los animales, no tuvo más remedio que preguntarle el por qué a Bulmaro. Lo  Saludó y se presentó .Lo mismo hizo Bulmaro. Ya entrados en plática, Julián le pidió una explicación sobre la conducta de los animalitos. Bulmaro con sus ojillos brillantes y risueños, le contestó que ya era casi de noche y que por ahí había lobos y coyotes, y que hacía un mes se habían llevado un pollo, un pato y dos gallinas. Y que el siendo hombre de paz, quería tener una vida sencilla y sin complicaciones, y por lo mismo no tenía ni un rifle u otra clase de arma, para defender a su animalitos de los terribles depredadores. Así que se decidió por esta alternativa. Cada animal se cuidaba sin estar dormido y hacia ruido para no ser comido. Todo este movimiento de cantos y sonidos en el corral mantenían alejados al lobos y coyotes.

-Pero en que consiste su método?.-Le pregunto Julián a Bulmaro. -Y este le contesto que les daba su alimento normal pero revuelto con el más fuerte picante, y así los animalitos se mantenían despiertos toda la noche.-enchilados, pero despiertos y emitiendo sonidos agudos y graves que enchinaban hasta la piel del cuerpo.-Y con todo esto unido al instinto de conservación salvaban su vida.

 

Julián después de oír esta explicación le pregunto a Bulmaro, que hacia después, que como les quitaba eso. A lo que contestó-que amaneciendo les daba mucha agua, ya cuando había pasado el peligro nocturno de que los devoraran los chacales. Refería que en la mañana siguiente y en la tarde, todos los animales se dormían plácidamente.  Por la noche, según dijo,  se repetía el proceso.

La filosofía de Bulmaro era que: es mejor que sufran algo los animales, pero que conserven sus vidas. Julián se despidió de Bulmaro y emprendió el regreso, reflexionando acerca de todo lo que había visto y oído.

 

  J.JESÚS IBARRA RODRÍGUEZ.

   Derechos Reservados.México.2013.

 

 

 

 

 

 

 

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PLUMA VITAL - V.I.P.
Comentario de MÓNICA LOURDES AVILES SÁNCHEZ el enero 20, 2013 a las 9:47pm

MUY BUENA HISTORIA.

Comentario de SENDA el enero 20, 2013 a las 4:29am

Ando revisando  cada texto  para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.

Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.

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