Septiembre, ¡qué sé yo! ¡Cómo hay cansancio!
¡Quién fuera como tú, dulce y callado,
tan avenido, afín, con tu tristeza!
¡Quién pudiera aprender tu modo suave,
casi infantil, de andar entre hojas muertas,
y jugar como tú con lo marchito,
sin sufrir ni llorar, como si nada,
sabio, inocente, compasivo, estoico.
Septiembre; dame tu lección de calma,
tu canción delicada en la llovizna,
tu dorada paciencia con los vientos,
la sonrisa impasible de tus ramas perdidas
y tus resignaciones de mujer.
En Otoño nacen nuevos deseos
y se alimentan del clima nuevo
por eso vamos pensando en positivo
y olvidemos todos los malos recuerdos.
Los seres humanos somos contradictorios
cuando no hay razón alguna entristecemos
y cuando podríamos estar tristes
somos una onda expansiva de alegría.
¡Tienes que ser miembro de ORGANIZACION MUNDIAL DE ESCRITORES. OME para agregar comentarios!
Únete a ORGANIZACION MUNDIAL DE ESCRITORES. OME