A quienes se van para olvidar su hogar
Y el muro familiar a las sombras
Les revelo la llanura y las aguas herrugentas
Y la regia Biblia de las piedras
No sabrán
-Excepto del hierro y del jazmín de las figuras
La Noche lisonjera de trasplantar los mundos
La vejez en el reposo como una savia
Para ellos ningún canto
Sino el rocío candente de la mar
Sino la eternal tristeza de las fuentes
La eternal tristeza de las fuentes
les da, invariablemente, a quienes
abandonan su hogar,
su hogar materno o paterno,
siempre sucede y no podrán
volver al sitio que desearon
abandonar por motu propio.
El Hogar solo se tiene una vez
primera, pues la segunda vez
ya es cuando uno decidió
fundar el propio
pero ya no hay vuelta de hoja
nunca se retorna al principio.
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