No me busques en el cementerio.
El día que no despierte, por orden del Padre Eterno
No me busques en las tumbas, que están en el cementerio
Búscame en la melodía, del arrullo del riachuelo
En las hermosas sabanas, del llano que tanto quiero.
Búscame en la sinfonía, de un concierto mañanero
Con el trinar de arrendajo, canario y cucarachero
Donde suene como el arpa, un joropo sabanero
El día que no despierte, por orden del Padre Eterno
Búscame en la algarabía, de unos muchachos corriendo
En unas carretas viejas, debajo del aguacero
Chapoteando con el barro, a ver quien llega primero
No me busques en las tumbas, que están en el cementerio
Ni en los nichos donde guardan, las cenizas de los muertos
Ya que en esos dos lugares, podrá reposar mi cuerpo
Pero mi alma soñadora, no descansará en su vuelo
Búscame en la melodía, del arrullo del riachuelo
Sé que no me vas a ver, pero vivirás de nuevo
Inmensa felicidad, los más preciosos recuerdos
Pues sentirás mi presencia, en los caños, los esteros
En las hermosas sabanas, del llano que tanto quiero
Venancio Castillo
Cantante-Escritor
“Con el permiso de Cristo el Poeta del Amor”
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