No llores por mí.
Cuando te acuerdes de mí,
no llores,
no podré percibir
tu llanto,
envuelto en amargura,
ni consolar
tu desconsuelo.
Cuando te acuerdes de mí,
no envíes
susurros al viento,
no podré escuchar
tus lamentos,
ni tus palabras
arrepentidas.
Cuando te acuerdes de mí,
no intentes
tocar mi cuerpo,
mi piel será
de rocío purpurino
y no percibiré
tu mano profana.
Cuando te acuerdes de mí
y me quieras besar,
no lo hagas,
ya no estaré allí.
A mis hijos.
Cecill Scott.
©Todos los derechos reservados.
Comentario
Cecil,
Siempre es un gusto perderme entre tus lindas letras. Tu poema es hermoso.
Saludos y bendiciones!
Agregado por Nilo 0 Comentarios 1 Me gusta
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