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Era el mes de mayo del 1998, en un barco pequeño que alquilamos, decidimos navegar con un grupo de amigos al mar Pacífico en busca de aventuras.

El viaje estuvo tranquilo hasta que vientos agresivos y tormentas nos sorprendieron, las olas como locas se agitaban y nuestras almas se conmocionaban, el espanto se apoderaba de Sixto, Nicolás y yo, decidimos elevar las velas y dejarnos llevar por el suceso, pero un rayo toco el fondo del barco y comenzó a ingresar el agua por su interior. Aterrados, buscamos elementos de rescate pero los botes de salvataje estaban en mal estado así como los chalecos salvavidas, así que al ingresar el torrente inmenso de agua que precipitaba su hundimiento, decidimos saltar al mar. Mis amigos gritaban aterrados, yo los calmaba mirándoles con forzada serenidad en mis ojos, les decía:  tranquilos con desesperarnos no ganamos nada, así nadamos hacia el sur  y les dije: "¡fuerza amigos, nademos como cuando estábamos en la marina!" y mis buenos amigos y yo desesperados braceábamos y braceábamos dándonos fuerza uno al otro y ya luego de dos horas de braceadas observé tierra llana, "amigos ánimo, les dije, allí al fondo tierra se divisa pero mi amigo Nicolás no resistió mas y ante mis ojos se hundía, "Adiós amigo Pedro" entre lágrimas solo con los ojos me decía y yo sin poder hacer nada, quise desesperarme de la pena, pero debería conservar energía para llegar a la orilla junto con Sixto así que lloré solo un poco por mi amigo para reservar fuerzas y comenzamos a bracear con denuedo y con rabia, la muerte de nuestro amigo nos había llenado de energías nuevas. Por él deberíamos llegar vivos a la orilla.

Luego de veinte minutos llegamos exhaustos a la orilla y divisamos una isla desierta, que la apreciamos solo un instante pues  nos quedamos dormidos muertos de cansancio.

Al despertarnos en la mañana  recién la inspeccionamos.

 Era una isla desierta pero con muchos árboles frutales y con las ramas de los árboles hicimos una pequeña cabaña para pernoctar. 

Allí pasamos nuestra vida de náufragos, comiendo frutas y pescando peces en el mar. A veces para no deprimirnos por la soledad y la angustia de no ser encontrados, cantábamos, contábamos chistes o recordábamos los tiempos antiguos en nuestros hogares.

Otras veces, hacíamos fogatas en la noche y durante el día para ver si alguien nos encontraba.

Y así pasaron meses y largos dos años, y cuando ya habíamos perdido la esperanza de ser encontrados, mi amigo Sixto cuando estaba en la orilla bañándose como siempre en la tarde me alcanzó a decir: ¡Pedro un barco un barco! ¡Dios Mío al fin iremos a casa!,¡Ven Pedro, mira esto apresúrate!

Yo corrí apresuradamente para constatar con mis ojos lo que mi amigo decía y sentí una dicha inmensa al comprobar que efectivamente venía un barco hacia nosotros, había informado la policía costera de nuestra desaparición y venían por nosotros las unidades fluviales de la fuerza nacional.

 Y así fuimos rescatados con muchos kilos menos y nuestras barbas muy crecidas, ya en el barco de rescate narrábamos a los tripulantes las pericias de nuestro naufragio y cómo habíamos sobrevivido comiendo frutas y pescado y bebiendo solo agua de las plantas de coco.

Ya al regresar al puerto, nuestras esposas nos recibieron con lágrimas en los ojos y con efusivos abrazos, prometiéndoles nunca mas alejarnos de casa y embarcarnos en aventuras peligrosas, solo para divertirnos.

 La esposa de mi amigo  Nicolás pidió entre lágrimas que busquen el cuerpo de su esposo,  y al encontrarlo la policía naval se lo entregó para las exequias y ella mandó cremar el cuerpo y lanzó sus cenizas al mar, el mismo mar que le arrebató la vida de modo repentino un fatídico mes de mayo.

Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos Reservados

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PLUMA ÁUREA
Comentario de Edith Elvira Colqui Rojas el mayo 14, 2019 a las 1:18pm

Gracias amiga poeta Maria Elena 


PLUMA ÁUREA
Comentario de Edith Elvira Colqui Rojas el mayo 14, 2019 a las 1:18pm

Gracias Amée hermosa 


PLUMA ÁUREA
Comentario de Edith Elvira Colqui Rojas el mayo 14, 2019 a las 1:17pm

Gracias querido Jesus


PRESIDENTE HONORARIO
Comentario de Aimee Granado el mayo 13, 2019 a las 9:47pm

Versatilidad y talento te caracterizan, estimada amiga.

Una narrativa llena de expectativas y con un gancho que nos atrapa a todos.

Ando revisando  cada texto  para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.

Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.

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