Mujer entrada en años,
con el alma siempre joven,
por ti subiré peldaños,
hasta que mis manos te toquen.
Mi ánimo se levanta,
al ver tu suave espalda,
Y todo en mi se arrebata,
con la seda de tu falda.
Tu mirada sosegada,
y elegante caminar,
es lo que me hace soñar,
linda dama tan amada.
Un sudor muy helado,
moja toda mi columna,
a causa de tu brocado,
es que vivo yo en la luna.
Con el guiño de uno de tus ojos,
y tu acariciadora sonrisa,
mi vida se tranquiliza,
se me abren mis cerrojos,
y se me salen los abrojos,
bajo estelares diamantes,
esa luz de todos los amantes,
y la dulzura de las flores,
se aumentan los resplandores,
para verte mejor a ti mi adorada.
J.Jesús Ibarra Rodríguez.
D.R.México.2013
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