Y por eso, porque no acaba el violín
su sostenido temor ante el olvido,
porque no acaba esta noche
el arpegio insólito de una mano sobre la otra,
como luciérnagas apareadas en el viento
donde ya no hay más luz que la niebla.
Y por eso, por todos los instantes
que hacen el presente de sueños que se fugan,
por eso, porque estoy en los ojos de quien mira
impávido estos versos,
por eso me revierto en otredad
y soy insustancial como un poema
que piensa a Dios mientras atina
con un dardo envenenado en lo que amamos.
Por eso. Por ya no más, por “déjame en reposo”,
mientras las cosas sangran
sin saber que se desgastan
cuando lloran, o piden a gritos que ya vengas.
De un nuevo libro inédito
Derechos de autor protegidos por ley
pintura Marta Orlowski
Comentario
Gracias por tus aplausos, Críspulo, abrazos
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