MIS VIEJOS TENIS
Hoy finalmente llegó el momento de colgar mis tenis. Los compré por allá por 1990, y a pesar de los años, siento que aún podrían cargar con otro poco de kilometraje en sus suelas.
Mis tenis me acompañaron a lo largo de un sin número de situaciones de vida. Son testigos mudos de saludos y despedidas. Fueron mis confidentes de algunos besos que no debo pronunciar y de momentos íntimos que un caballero no debe mencionar. Sufrieron conmigo la humillación de un asalto, y aunque tuvieron ganas de correr, aguantaron a pie firme como los hombres, y no me abandonaron.
Juntos salimos de la ciudad, fuimos de paseo al campo y en alguna ocasión por la fuerza aprendieron a nadar.
Siempre fieles a pesar del abandono, esperaban silentes que los tomara para llevarlos a dar unos pasos, cosa que poco a poco se fue olvidando. Sin embargo hace días los llevé al futbol, y sintieron la suavidad del pasto por última vez calzando mis pies. Hoy, su piel quebrada y seca luce triste y melancólica, y parece que escucho que me dicen que aguantan otro tramo, pero sería cruel hacerles con mi andar más daño.
Mis viejos tenis hoy se han jubilado, gracias amigos por tantos años de estar a mi lado.
Carlos Eduardo Lamas Cardoso.
México.
Derechos reservados.
Comentario
Silvana,
Poetizar está hasta en el mínimo detalle que podemos observar, y me gusta mucho trabajar la poesía o la prosa con esos detalles que a veces pasan desapercibidos.
Gracias por tu amable lectura y tus palabras.
Saludos y bendiciones!
María Beatriz,
Ahora que lo veo en perspectiva, pienso que aún les quedaban algunos pasos, pero siempre hay que soltar para que algo nuevo pueda llegar.
Gracias por tu lectura y comentario.
Saludos y bendiciones!
P.D. Anímate a usar los viejos tenis nuevos!
Carlos:
Qué excelente descripción has logrado acerca de tus zapatillas tenis. Has llegado a tener muchas aventuras con ellas. Te felicito por haber tomado en cuenta este detalle para hacer una prosa. Te felicito por tu creatividad... la mayoría solo las hubiera tirado sin siquiera despedirse de ellas.
Como todo en esta vida, llegaron al final de la jornada, tal vez ellos aún sientan el ímpetu de correr, caminar y hasta de bailar, como nosotros que el espíritu no lo sentimos cansado; sin embargo los huesos si se hacen sentir "enojaditos" sobre todo los de la rodilla.
Uno siente tanto apego por estos compañeros, que no tenemos "alma" para echarlos de nuestro ropero; igual yo tengo unos tennis que están casi nuevos de hace 18 años atrás, esperando que me anime a salir con ellos, pero mis pies son los que no quieren correr como antes; pero muy dentro de mí, pienso que en cualquier momento lo hago.
Fabuloso relato Carlos Eduardo, como siempre, clarísimo en expresión y con una gramática excelente!!
Mis venias de reconocimiento, mi señor escritor!
Me dio mucho gusto leerte!
Mis cariños de siempre mi buen amigo!
Beto,
Muchas gracias por leer y comentar.
Saludos y bendiciones!
Lo pasado...pisado.
Renovarse es vivir, llegó el momento de comprar un par nuevo.
Shalom, colega de la pluma
Agregado por Nilo 0 Comentarios 1 Me gusta
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