MIS DOS VÍRGENES:
LA VIRGEN DEL CARMEN Y LA VIRGEN DE GUADALUPE
Prólogo
Todos tenemos un destino, pero a veces creemos que nunca lo alcanzaremos porque en ese momento de tu vida la ruleta no estaba de tu suerte. Si te guías por el corazón, ese no fallará aunque te equivoques, porque tu alma quedará liberada para siempre y la oscuridad nunca más cegará tu mente. Quiero dedicar estas letras y posteriores versos, para la posteridad si Dios lo quiere, a las dos vírgenes de mi vida: Ellas son la Virgen del Carmen y la Virgen de Santa María de Guadalupe.
Parafraseando una cita del genial Leonardo da Vinci y adaptándola a mi vida en estos momentos diría “Una vez hayas sentido el amor a mi Virgen siempre caminarás por la Tierra con la vista mirando al cielo, porque ya has estado allí y allí deseas volver”, junto a Ella para siempre.
MI REINA DE LOS MARES Y DE LA TIERRA
¡Oh, mi Virgen del Carmen, virgen de los mares!
y de los marineros que te queremos
junto a tus fieles del mundo entero.
Tu mano me guió a tierras extremeñas,
tierra de Barros, legendarias, nobles
y cuna de conquistadores
de corazones soñadores.
¡Oh, mi Virgen de Guadalupe!
Permítame estas palabras que solo son de alabanza.
¡Reina de la Hispanidad!
Eres la única Virgen con Corona imperial.
Patrona de Extremadura y de las Américas
eres la joya de nuestra tierra que te venera.
¡Oh, mi Virgen sedente,
tallada con el cedro más noble de Oriente!
Gil Cordero te rescató bajo las sombras de Alía
el Castillo que te retenía escondida noche y día.
Para que todos los pueblos del mundo entero
conocieran a la Virgen por los siglos de los siglos venideros.
El destino de la vida me ha traído junto a ti de la mano,
y guiado desde el cielo por mi querida abuela de sangre extremeña
y devota de la Virgen del Carmen, junto a la fe de mi suegra Carmen,
de apellido Cordero y sangre de igual manera extremeña,
como la de mi esposa e hijas que unen al son de las estrellas
la sangre andaluza y extremeña como la pluma que os venera.
Tu luz me ha traído hacia ti,
como de igual modo la llevaste a las Américas,
a tus queridos mexicanos y al resto de pueblos hermanos
que te idolatramos como hicieron reinas y reyes
que estuvieron siempre a tu lado.
con estandartes y con el corazón en la mano
como Alfonso XI o Isabel la Católica
que tantas veces visitó tu alcoba.
Tu monasterio que te alberga,
hoy es patrimonio de la Humanidad
y tu imagen sagrada,
devoción y fe para la posteridad
de unos feligreses que te adorarán
siempre hasta la eternidad.
Texto escrito por Marcos Antonio López Zaragoza
“El escritor de Benalmádena”.
Almendralejo (Badajoz) 18 de octubre de 2020.
Comentario
¡Bellos poemas a dos advocaciones milagrosas de la Madre de Cristo, Marcos Antonio!
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