Mi alma inquieta
Hoy no quiero escribir un poema,
hoy quiero abrirte mi alma,
contarte lo que siento
cuando cierro mis ojos.
Veo tu imagen
que está dibujada en mi mente
y siento tu mirada
que me acaricia sin mirarme.
Tus manos se deslizan
hasta el fondo de mi espalda,
me abrazas y tus dedos recorren
cada espacio
de mi cuerpo sin tocarlo.
Nuestras manos se entrelazan,
juguetean nuestros dedos,
las palmas que se rozan,
sensibles se vuelven nuestros montes.
Tus manos seductoras
acarician mi cuerpo desnudo,
lo recorren lentamente,
despertando el deseo y la pasión.
Tomados de las manos,
nuestras pieles erizadas,
nuestros cuerpos que desean
entregarse al placer.
Con mis labios saboreo
la rica esencia de tu cuerpo,
con ternura, tomas mi rostro
y dejas clavada en mi boca
el más dulce de los besos.
Siento tu cuerpo acelerado,
tu respiración entrecortada,
intermitente y desesperada.
Por unos instantes,
abro mis ojos y sigues allí, en mi mente,
tu cuerpo vibra incansablemente
cuando lo beso con lujuria.
¡No quiero abrir los ojos!
¡No quiero despertar!
Hoy no quise escribir un poema,
tan solo te abrí mi alma...mi alma inquieta
que por tu imagen vuela hasta la nada
buscando los sueños que nacen en tu mirada.
Cecill Scott.
©Todos los derechos reservados.
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