Me confieso,

 

Viví con exiguas metas,

con el vano engreimiento,

 que da la juventud,

entre placeres de un día

y aromas de fresca piel,

sin amor.

No sabía lo que era la vida,

pero si la sentía pasar,

me enamoré de mis nuevos años,

sin saber que a la larga,

 tendría que pagar.

Viajé por el mundo sin darme cuenta,

la historia del lugar que pisé,

sin pararme un instante a reflexionar,

que me sería difícil retornar.

Me casé con una buena mujer,

así como anduve por la vida,

como un río que va a la mar,

siempre dejándose llevar cuesta abajo,

siempre por el mismo cauce,

 sin chistar.

Si volviera a vivir,

muy pocas cosas querría repetir,

no cambaría por nada del mundo,

 a mis cuatro amados hijos,

 aquel amor,

que en mi corazón se selló

ni a al padre,

que la vida me regaló.

No fui sensato,

 ni muchos menos maduro,

hoy me doy cuenta de lo que perdí,

pero tampoco fui un total ingrato

y a muchos con humanidad,

les retribuí.

Tanto querer vivir el instante

mientras me iban secando las horas,

yo creyéndome un sabio

y más inepto no pude ser.

Hoy el candelario de la vida,

me pasa las facturas de antaño,

tal vez lo merecía,

porque se llevó lo que mas quería

y en congojosa soledad la vida,

me está cobrando estos últimos días,

la insensata vida, que viví.

Al atardecer de mi vida,

llegó vestida de amores la poesía

y con ella comulgo hoy,

mientras siento como se me va

 la existencia,

pensando lo vivo pendejo

que fui,

pero ya no hay mas remedio,

la vieja realidad,

no me permite desandar.

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Comentario

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Ando revisando  cada texto  para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.

Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.

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