Matrimonio a ciegas.

 

-¡Oh! Mujer ladina,

  me podría decir, ¿por qué me sigue?

¿por qué siento que con su mirada me desnuda?

 

-Lo miro y lo sigo porqué es muy guapo

  es hermoso como el sapo

  que aplasté con mi zapato

  la otra noche que bailé.

 

-Si ese sapo siendo guapo

  usted pisó con su zapato,

  no quiero imaginar mi suerte

  si me trata igual que a él.

 

  -No se equivoque caballero,

   en verdad usted es muy bello

   tiene ojos como cielos

   que brillan como luceros.

 

-Es que son ojos de vidrio,

  la verdad es que soy ciego

  pero doy el charolazo

  y a mi paso enciendo el fuego.

 

-Ha prendido bien el fuego

  pues lo veo muy tatemado

  pero así mucho me gusta

  por obscuro y por tostado.

 

-¡Señorita por favor!

  ya se me subió el color

  y me siento avergonzado

  del efecto que he causado.

 

-Mire usted don caballero

  yo lo quiero de marido

  para que me quite el frío

  y me ame con pasión.

 

-Pues soy ciego señorita

  eso muy claro quedó

  más no creo que sea bonita

  como la que quiero yo.

 

-Tal vez no sea tan bonita

  pero venga y tiente usted

  que cintura y caderita

  y la sé mover muy bien.

 

-Ah que rico que se siente

  el contorno de su piel

  suavecito y diferente

  de lo qué llegué a creer.

 

-No se mande mi negrito

  no tocó lo que mostré

  se sintió ahí tan bonito

  que hasta ya me sonrojé.

 

-Pues no sé lo que he tocado

  pero sé que me gustó

  y si usted me lo permite

  nuevamente tocó yo.

 

-Más me cuadra por valiente

  así que vamos al altar

  y al estar con Dios de frente

  le diré donde firmar.

 

-Firmaré donde me diga

  pero antes un favor

  si me dice usted su nombre

  ya después le diré yo.

 

-Mi nombre es Clarabella

  mas no crea que así soy yo

  soy prietita y soy muy fea

  pero tengo buen humor.

 

-¡Ah caray! Que señorita

  tan bromista que salió

  yo pensé que era bonita

  como la que busco yo.

 

-No se vaya caballero

  que no hay otra como yo

  además tengo dinero

  y el festejo pago yo.

 

-Hasta luego señorita

  es mejor decir adiós

  busque usted otro más ciego

  vaya y cómprele su amor. 

 

Carlos Eduardo Lamas Cardoso.

Derechos reservados.

 

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Comentario

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Ando revisando  cada texto  para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.

Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.

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