Lucero y la Navidad - Cuentos para Navidad

[Teodora E. Leon Salmon]

                          Lucero y la Navidad  `

 

Han pasado ya muchos años, desde aquella Navidad, y cada vez que ella la recuerda y evoca aquel tiempo de dura situación, su rostro se enrojece y sus ojos se humedecen de las lágrimas que de emoción no puede retener.

Siempre por Navidad sus padres habían podido comprar un juguete y ponerlo al pie del zapato de cada uno de sus hijos ponían en la noche al lado de su cama y en el que ellos encontrarían el día siguiente al despertar.

Pero en ese año, no lo podrían hacer.

 A ella, le llamaban Lucero por cariño, pero en realidad era la luz en el hogar, era la mayor de todos los hermanos, y dándose cuenta que su papá se había quedado sin trabajo, y que a causa de eso sus hermanitos no tendrían un juguete por Navidad, entonces a como dio lugar Lucero se las ingenió   para poder dar un poquito de alegría a su hogar y sobre todo a sus hermanos en ese día tan especial.

Lucero sólo tenía nueve años, y quien se hubiera podido imaginar de lo que ella, con astucia fue capaz de realizar.

Leamos, lo que dice a continuación, y que ella lo lleva con orgullo en su corazón.

Tres meses antes de que el año se clausure con la venida de la Navidad, Lucero se pone en acción. Ella por ser la mayor, su mamá   la mandaba al mercado todos los días y a las pulperías más cercanas hacer las compras de lo que necesitaba; entonces Lucero compraba un poquito menos de la cantidad  de cada cosa y por supuesto pagaba menos, entonces el dinero que le quedaba lo iba juntando y poco a poco iba comprando los juguetes aunque fueron los más baratitos, luego  los  guardaba en una caja que tenia escondida que debajo de la cama para que nadie la descubra.  Su sueño de ver a sus hermanitos alegres y sonrientes se realizó, y hasta para sus padres y abuelita un pequeño regalito  compró y a su corazón les alegró.

Para el papel de regalo ya no le alcanzó, pero el papel de periódico le sirvió y a cada paquetito, un papelito con el nombre le colocó.

Dios no sólo le permitió poder comprar los juguetitos para sus hermanos, sino que un día en su camino con una señora se encontró, quien no pudiendo cargar sus bolsas le pidió que se las cuidara mientras iba a otra tiendita a hacer una comprar más, y cuando regresó una propina le dio, con la cual Lucero compró chocolate y panetón.

En la noche víspera de Navidad, Lucero, sin hacer bulla para no despertar a nadie, un pequeño regalito al pie de cada zapatito de sus hermanitos colocó. Y al día siguiente todos se preguntaron cómo todo eso apareció. Ella, humildemente, respondió que con la ayuda de Dios, su sueño se realizó.

Su espíritu emprendedor y humano que Dios le prodigó, nunca  la abandonó, y de su país un día  salió, y después con el tiempo en viaje alrededor del mundo a su madre llevó. Su sueño se realizó.

En una de mis andanzas, recorriendo otros lares, me encontré con este singular personaje, por quien tengo admiración, y no he olvidado la historia que por la ocasión de Navidad me contó y en esta oportunidad, la saco de mi memoria y con vosotros la comparto hoy.

 

6-12-2021

 

Teodora León Salmón - Telsa- 

Nueva Caledonia

 

 

 

 

 

. 

 

[Teodora E. Leon Salmon]

Muchas gracias, estimada amiga Iris por tu comentario .

De igual manera, Feliz Navidad.

Saludos fratenales

Teodora

[Iris Girón Riveros]

Estimada Teodora:

 Muy buena

tu prosa evocativa.

[Teodora E. Leon Salmon]

Michas gracias Benjamín por tu comentario
Felices fiestas de fin de año, para ti y familia.
Saludos cordiales
Teodora

[Benjamín Adolfo Araujo Mondragón]

¡Muy bello relato navideño, Teodora!

[Teodora E. Leon Salmon]

Muchas gracias Delia por tu comentario, y el Destacado dado.
Saludos cordiales
Teodora

[Delia Pilar]

Precioso relato pleno de ternura, Teodora. 

Así es, la voluntad y compasión son virtudes muy importantes en la vida,

reconfortan al que las posee y a los que son los destinatarios de las acciones que generan.

¡Gracias por compartir tu inspiración y felicitaciones!