Y me fui por el camino
llevando el morral a cuestas
nunca di con las respuestas
de tan ingrato destino.
Pasé de ser inquilino
a dueño de tus caricias
me embrujaban las delicias
con las copitas de vino.
De que vale lamentarse
cuando el tiempo ya es pasado
alzar la frente y pararse.
Sobre el terruño arrasado
cuando llueve hay que lavarse
el pelo negro y rizado.
Manuel Ibarra
Caracas/Venezuela
15-08-2020
Derechos reservados.
Comentario
Estupendo
Muy claro y contundente mensaje nos transmites a través de tu rítmico sonetillo, amigo mío.
Y claro que en medio de la ingratitud y el desamor, lo más inteligente es sacudirnos el polvo y seguir adelante, pues siempre se abran nuevos horizontes y la esperanza vibra latente.
Después de la caída pues el levantarse ha de ser con más ímpetu.
Esa es la vida, tropiezos y avatares enriqueciendo sus azares.
Gracias por tu sabio compartir.
Te saludo con el corazón.
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