Cuenta de una ventana de madera robusta, pero muy grande y bella. Cuando caía el anochecer se abría para dar paso a un mundo de maravillas, colores y ensueño, bello y fantástico.
Salía desde las alturas, unos ramajes de árboles verdes descendentes que cubría casi toda el tragaluz. La luna llena y un cielo cuajado de estrellas aparecieron de sorpresa para darnos las más bellas de las noches con una sonrisa plácida, abajo de toda esa hermosura, se divisaba un lindo e inmenso lago azul cristalino como los ojos de una hada que aparecía de la nada, encima de los árboles.
Adentro de la casa , dormía profundamente un bebé, soñando con los angelitos, mecido en su cuna por su mamá, ella con su voz angelical le cantaba una preciosa nana para que soñara bonito, era el momento de ambos, el instante más especial entre una madre y un hijo, son ratos de amor y ternura, y ¿Porqué no?, la ilusión que rodeaba a ése hermoso cuento que lo hacía dormir y también, el mecer incesante de la cuna blanca de madera con un velo que rodeaba al príncipe de aquella casa, el príncipe de su corazón.
Autoría: Sofi Piris
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Comentario
En tibia presencia el aroma del amor se esparce en este hermoso cuento que nos transporta a la magia de la felicidad. BENDICIONES SOFI.
Precioso cuento fabuloso para nenes. Hay belleza y calidad en tu versar, gracias poetisa por compartir, te seguiré leyendo.
saluditos
Poeta inmensa!!
Muy bonito relato, me gusto leer tu trabajo...
Hermosa descripción de una casa acogedora, tras aquella ventana que ocultaba el pequeño mundo de un bebé arrullado por su madre, estimada Sofi. Felicito tus letras y te dejo mi abrazo.
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