El tiempo empezó a detenerse; a cada segundo su andar se hacía más lento. Podía mirar y escudriñarlo en su pausado transcurrir. El vaso de limonada que blandía en mi mano derecha fue inclinándose de manera paulatina, pero pausadamente, derramando el líquido contenido hasta vaciarse por completo sobre el suelo desnudo; pareciera como si la tierra lo hubiera requerido para saciar su nec.........
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Muchísimas gracias.
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