La pradera.



Mi verde valle

viste su cara otoñal;

el día gris,

con suave

y templada brisa

arrulla mis mejillas

álgidas y agotadas.

 

Mi cuerpo

se estremece,

mi corazón

palpita acelerado,

mi mirada

se cierra fatigada

cuando a mi mente,

llega tu presencia

extraviada.

 

Me olvido

de la infausta

distancia,

de los días

en que no te he visto

y del deseo perpetuo

de tomar tu mano.

 

Serenamente,

cierro mis ojos

y me encuentro caminando

a tu lado

por la gentil pradera

atiborrada

de flores bellas.

 

El cándido aleteo

de mariposas

multicolores

se escucha suave

como sinfonía

de ruiseñores.

 

Se posan gráciles

sobre nuestros hombros

celebrando

éste encuentro soñado

que es nuestro secreto

purificado.

 

Vuelan las aves

peregrinas

en busca del néctar

cristalino;

beben y beben

luciendo felicidad.

 

El apacible río

acaricia

sus extremos cansados

y se elevan raudas

por los cielos garzos,

canturreando,

en voz serena,

la alegría de volar

en libertad

por la mágica pradera celestial.

 

 

Cecill Scott.

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Comentario

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PLUMA MARFIL
Comentario de Carlos Eduardo LAmas Cardoso el abril 15, 2012 a las 9:14am

Que hermoso tu poema,,, me trasportas con tus letras hacia ese tu hermoso verde valle. INvitas a caminarlo, a conocerlo y a extasiarme de el.

Saludos y bendiciones!

Ando revisando  cada texto  para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.

Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.

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