En una vieja granja había una gallina viuda llamada Cloclo, vivía rodeada de muchos animales que la molestaban porque vivía irritada, ahí viene la gallina Cloclo gritaba el burro tiene comezón porque un huevo no le salió y se reían el gato las vacas y los caballos todos los animales, hasta le loro cantaba Cloclo, Coclo un huevo nunca en el gallinero dejó y ella levantaba el pico y seguía su camino siempre brava siempre triste.
El pato José era su amigo, el único que la entendía pues era muy sabio y le decía no te aflijas Cloclo que no todo en la vida es poner huevos, ven vamos al río y me verás nadar y se fueron al río charlando en medio del burlas de los otros animales cantándoles la marcha nupcial.
El pato José nadó un rato y le decía a la gallina se fuera a nadar con el, pero ella no sabia nadar y no se metió en el agua, sólo se puso a escarbar buscando algo para comer y escarbando un gran diamante se encontró, lo escondió debajo de sus alas y a la granja callada se marchó. 
Se sentó debajo de un gran árbol sin saber que podía hacer con ese diamante porque una gallina no usaba joyas.
Llegó la noche y al corral a dormir se marchó, en la mañana temprano vino el hijo de granjero a buscar los huevos y  dijo, la gallina Cloclo nunca pone huevos tendremos que comérnoslas un día de estos, ella muy asustada salió corriendo del corral y no quería regresar, se fue al río y se echó en la arena muy triste y pensando en su infeliz futuro y lloró.
De pronto escuchó ruidos de caballos que iban al galope y regresó a la granja y se enteró de que el hijo del granjero estaba  grave y fueron a buscar a un doctor, al tiempo regresaron con el medico, que luego de examinarlo dijo hay que llevarlo a la ciudad esta muy enfermo, y dijo Don Juan el dueño de la granja y ¿cuanto costará eso? el doctor le respondió no se aún, pero cero que hay que operarlo y eso cuesta mucho dinero, la gallina Coclo se acerco al niño y puso el diamante entre sus manos, el niño sorprendido llamó a su papa y le enseñó el diamante que la gallina Cloclo le entregó el medico lo vio y dijo santo Dios es un diamante autentico y de gran valor. 
Con gran entusiasmo Don Juan agarró a  la gallina y la abrazó y se llevó con el niño a la ciudad y al tiempo se sano, le construyeron un bello gallinero a la gallina Cloclo y ella muy feliz un día se sentó a cacarear y al un bello huevo blanco puso y pudo al fin empollar.
Todos los animales de la granja ahora la querían y le hicieron una gran fiesta en honor a la futura mama.

 

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