En mi jardín preferido,

entre gardenias y rosas,

bienvenidas y dichosas,

las mujeres que he tenido.

 

A todas las he querido,

blancas, negras y morenas,

con ellas calme mis penas,

siendo siempre un consentido.

 

Quien no ha sufrido de amor

no ha vivido locamente

bien lejos con el rumor.

 

Que no existe un lecho ardiente

tú serás siempre el primor

de este corazón valiente.

 

Manuel  Ibarra

Caracas/Venezuela

20-10-2023

Derechos reservados.

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