Tenías deseos de huir, ansias de volar,
cada día era una queja, un lamento,
mis brazos eran cadenas, argollas
sin decirlo evidenciaba tu anhelo
de iniciar nuevo trayecto, tus actos
eran sentencias, condenas que yo
cumplía ,al cruzarnos las miradas
¡me acusabas en el silencio!
Y fui peinando tus alas, sin cansarme
¡quería ver tu vuelo airoso! que ni una
arruga en tus plumas malograra el despegar.
Miraba al cielo y temía la mínima tempestad
y suplicaba a las nubes que te dejaran pasar,
al final de aquel verano, al igual que golondrina
que busca espacios mejores, te alejaste silencioso.
El tiempo ha quedado atrás, la ausencia se hace
evidente, has borrado mi recuerdo
¡corazón que te ofrecí! pero hablo con la Luna
que alumbra mi soledad, me dice que ande tranquila,
¡apacigua mi ansiedad! ya no eres mío,
ya eres mundo, que dejó mi amor atrás,
separación no vencida, porque no hubo despedida.
Comentario
Muy hermoso Senda, sólo algunas comas que lo entorpecen, pero cumple y bien ese desapegarse aceptando la parida del ser amado, Mario.
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