Herencia.

[Carlos Eduardo LAmas Cardoso]

Herencia.

 

He aquí que hoy me despojo de lo mío; de aquello que tomé y que me era ajeno, de lo que arrebaté sin importarme nada ni nadie.

 

Aquí tienes mis ríos. Ya no cantan su canción de vida y en sus aguas corren

desechos pestilentes y putrefactos. Ya no llevan peces ni alegría; solo heces y basura que tiramos día a día.

 

Toma mis bosques; los he depredado sin piedad, constantemente. Ya no tienen

árboles fuertes y frondosos que acaricien el cielo con sus hojas. La tala acabó con su belleza y su fauna abundante. Le he robado sus espacios.

 

Te entrego mis ciudades, manicomios y locura manifiesta. Zoológicos donde el hombre es la atracción y su comportamiento obcesivo-destructivo nadie ha podido entender.

 

Te entrego maravillas que tomé del Ser Supremo; lagos; mares; cascadas; manantiales. Aves encantadoras y flores de mil colores y ricos y frescos aromas. A ti te corresponde ahora su cuidado y protección, ya que yo no fuí capaz de cumplir esa misión.

 

Te dejo mi mundo en estado crítico y delicado. No cuidarlo ha sido mi más grande pecado.

Fabricas y autos no se cansan de afectarlo. de vaciar sus negros humos y calentar lo frío y templado. Ya sus polos se derriten y sus montes no blanquean con la nieve en las alturas.

 

Te entrego hermandades fracturadas, divididas por el odio y con ansias de maldad. Nunca razoné el por que de tantas guerras tan absurdas; Nunca me dolieron tantos hombres, tantas tumbas.

 

Recibe también a la infancia desolado y desnutrida. Hombres del mañana a quienes ya les robamos la ilusión. Ellos tendrán el poder de cambiar tantas cosas; Para limpiar el caos que en tan pocos años he causado.

 

Hijo amado, mis pasos me llevaron por caminos retorcidos. Me he gloriado parado sobre los huesos de mi propia raza; sobre la sangre inocente derramada; Sobre las mujeres indefensas y golpeadas.

 

He causado tanto daño con mis ansias de grandeza. Con mis sueños tan absurdos, con maldad y con torpeza.

Se que no tengo perdón. Es por ello que hoy te heredo este mundo y su dolor, esperando que tu logres lo que nunca pude yo!

 

 

Carlos Eduardo Lamas Cardoso.

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