Dejó de brillar, no
Su brillo es más intenso todavía
Ahora ilumina nuevas latitudes
La mantis, mueve sus antenas de cristal
En la cima naciente del crepúsculo
En ellas brillan gotas de rocío
En sutil colisión con los rayos del sol,
Donde la soledad es infinita
Las dimensiones acunan la tristeza
Será tan sólo un poco de egoísmo
La estrella no ha dejado de brillar
Su luz alumbra nuevas magnitudes
irradiando níveos amaneceres.


la Monarca de ojos azules me acompaña
su flamear disperso trae visos de colores
la hormiga cortadora colecta para su madriguera
pétalos de sarrapia de púrpura encendida.


la libélula, el saltamontes, los miriápodos
y la hormiga blanca con su traje de seda
todos me hacen compañía
la abeja me trae aroma de sus flores
impregnadas de gotas de rocío.


Ellos siempre están, soy responsable de su existencia
Un día los abandonaré,
No permitas que los echen a la basura
Tal vez, desarrollen su inteligencia artificial
Allí comenzará su sufrimiento
Al que estamos sometidos
Todos los seres vivos de la Tierra.


Creí tener dos estrellas, solo me acompañó una
Que iluminó y prolongó mi vida
Hacia infinitas dimensiones
Pero recuperó su luz
Ahora brilla para el Mundo.

No para un ser egoísta
Tal vez, le impedimos por mucho tiempo liberarse
Negándole al resto del mundo su brillar.

© Cástor A. Olivier O.
El hijo del Cisne.
Patrimonio Cultural de Venezuela.

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