ESTRAFALARIO

[Benjamín Adolfo Araujo Mondragón]

ESTRAFALARIO

Estrafalario

No se puede ver normal

que alguien piense en la paz,

mucho menos que solicite

para los demás salud y bienestar.

Se trata de un tipo estrafalario,

dicen todos;

él lo escucha y sonríe,

vuelve a tomar su lap top

y continúa escribiendo.

Se trata, dicen todos,

de un anormal:

"no solo es indígena,

se dice poeta y no hay duda

que está medio loco

porque ha reclamado

a todo mundo y a nadie,

a quien le escucha o desea oírle

que lo que hicieron

los militares y la OEA

a Evo Morales, el fulano

que era presidente;

otro indígena chiflado;

creo que era hasta comunista,

fue una trastada, dice él".

A todo mundo ha molestado

este estrafalario sujeto

dedicado a la escribanía

y a la política izquierdosa...

Qué lástima que haya figuras

como ésta.

de este estrafalario sujeto

en nuestra América Latina.

Pronto se acabarán

en la medida en que vean televisión,

no lean tantos libros

provocadores

y

se enseñen a obedecer

los dictados del Imperio.

[Benjamín Adolfo Araujo Mondragón]

¡Muy buen fin de semana y muchas gracias estimado Tibaldo!

Escape, acuarela de Benito Nogueira Ruiz.

[Tibaldo Enrique Borjas Guarucano]

Un gran poema, serpenteado por la ironía. Saludos poeta.

[Benjamín Adolfo Araujo Mondragón]

¡Agradezco tu muy grato destacado y festejo que tú sí captaste mi ironía; me devuelves la vida; muy buena noche y muy feliz miércoles! 

El entierro del Conde de Orgaz, El Greco, 1588.

[Delia Pilar]

Me encantó, Benja, este poema con su fina ironía es la que utiliza muchas veces el "rebaño".

Cualquier llamado a la paz y a la justicia es catalogado por esta masa absurda de "izquierdoso"

y el poeta, amigo, es la "voz de los que no tienen voz", debe hacer alzar su potente voz contra

esos atropellos que cometen los poderosos por motivos que en el fondo no son más que

avidez por apoderarse de riquezas que no les corresponden. Los imperialistas son

maestros en este tipo de prácticas ("Poderoso caballero es Don Dinero" dijo Quevedo).

¡Felicitaciones, mi apreciado poeta, y gracias por tu constancia y generosidad!