ESPARCIENDO MELODÍAS
Entre los desgarros del agua
llevo a cuestas aquella, cuando
a media caminata la celada tierna
de su caída nos detuvo celestial y
a media voz dijo: donde vayas, estaré.
Desde entonces fluyendo fina
de altinas magnitudes tu cabellera
cristalina, vertiginosa, constante baja
primorosa la vida líquida para darle
a cada piedra de la orilla su mirada de acero.
Mientras la inmensidad oblicua
del desparramar, es difuso rumor diáfano
atrapando al mínimo requiebro de belleza,
acompañante en este viaje a través de cataratas,
melodías infinitas junto a tus ojos glaucos, pedernales.
Síntesis y última dulzura que acaricia
beligerante marcha siempre hacia
planicies reptando, apaciguando
múltiples bocanadas sofocantes y el final
desembocar en lo insólito para ser: océano.
Azul, siempre azul, el teñido donde
recalas inverosímil la pluralidad
de la existencia y en un manojo sublime
de tu caminar de paradoja líquida,
disipando tu melodía de retama florecida.
Orlando Ordóñez Santos.
Derechos Reservados – Imagen de la Red.
PERÚ.
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