¡Oh, clavos verdes!
¡Oh, paisajes interminables
y siempre verdes del alma!
Aunque hace tiempo resecados
por la sequía mortal de la vida terrestre
en ellos pueden los hombres rodar
todavía como caballos jóvenes
sobre el nuevo trébol matutino
a sentir
durante unos pocos minutos fugaces
el rocío fresco de la vida inmortal.
¡Quiera Dios que duren esas calmas benditas!
Agregado por Nilo 0 Comentarios 1 Me gusta
Agregado por Nilo 0 Comentarios 1 Me gusta
© 2025 Creada por Aimee Granado Oreña-Creadora. Con tecnología de
Insignias | Informar un problema | Política de privacidad | Términos de servicio
¡Tienes que ser miembro de ORGANIZACION MUNDIAL DE ESCRITORES. OME para agregar comentarios!
Únete a ORGANIZACION MUNDIAL DE ESCRITORES. OME