Solo palabras de amor

se escucharon en la nada,

el silencio las guardó

esa noche enlunada.

Manos de tacto maestro

recorrieron su cuerpo,

saboreo de los dioses

el mas divino alimento.

En su mas fina madera

un clavo febril entró,

de tanta alegría lloró

feliz su alma entera.

Su cara se iluminó,

su risa fue mas feliz,

sus labios se humectaron,

y todo fue mas placentero.

Su mirada languideció,

su piel se suavizó,

su cabello de terciopelo

mas belleza adquirió.

La pasión verdadera,

recorrió todo su cuerpo,

miró mejor los colores,

y se apagaron sus ardores.

Se le hizo humo la apatía,

sus caminos se ensancharon,

las delicias la abrumaron,

cambio su vida ese día.

J.Jesús Ibarra Rodríguez.

Delegado Cultural UHE.México.

D.R.2013.

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Comentario

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Comentario de SENDA el junio 4, 2013 a las 1:17pm


PLUMA MARFIL
Comentario de Carlos Eduardo LAmas Cardoso el junio 4, 2013 a las 9:21am

Jesús,

Gracias por regalarnos tan bello poema.

Saludos y bendiciones!

Ando revisando  cada texto  para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.

Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.

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