El manzano estå adolorido.
La brisa veraniega lo empuja, y el viejo manzano
suelta un quejido lastimero.
Enhiesto, como un soldado en el Palacio de Buckingham,
apenas se mueve su rala cabellera manchada de negro por el tiempo.
Los manzanos jóvenes regalan a la vista manzanas tiernas
como regalos navideños.
La brisa veraniega vuelve con velocidad, y
el viejo manzano deja escuchar su quejido quejumbroso.
Así somos cuando llegamos a viejos: la queja por el dolor
se hace frecuente y se acentúa.
Y así, como el viejo manzano estaremos hasta que las cåscaras
de nuestra piel nos digan adiós.
Autor: Tibaldo Borjas Guarucano. Maracaibo-Venezuela.

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PLUMA MARFIL
Comentario de Tibaldo Enrique Borjas Guarucano el junio 21, 2022 a las 8:46pm
Muchas gracias querida poeta.

ADMINISTRADOR
Comentario de Silvana Beatriz Sosa el junio 21, 2022 a las 1:46pm

Tibaldo: 
Hermosa prosa poética has realizado. Felicitaciones. 

Ando revisando  cada texto  para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.

Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.

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