EL UNIVERSO

[Orlando Ordóñez Santos]

 

EL UNIVERSO

 

El verde anís

teñido en aquella mirada

tiene una profunda hondura

que linda con los abismos.

 

El turquí vacilante

del ocaso, recuerda

cuánto pude soportar

al sufrimiento sin un quejido.

 

La mueca descorazonada

de los años ahora suplicantes

se arremolinan en torno a la fogata

tan solo esperando un poco de cenizas.

 

La violencia antigua

sigue devorando sin piedad

a todo sin distinción, pequeña

y sarcástica forma de aliviar el cautiverio.

 

El intenso rojo revoltijo

ahogándose al cráter

te llevan a dilucidar que

lo líquido late dentro una piedra.

 

Omnipotente y fenomenal

burbuja azul a la deriva,

aquella de realidades cotidianas

tiene al agua como sus esporas difíciles.

 

Orlando Ordóñez Santos

Derechos Reservados – Imagen de la Red.

PERÚ.

 

 

[Orlando Ordóñez Santos]

Mi gratitud, María Beatriz por el tiempo y búsqueda de lo que guardan cada verso, así la POESÍA y su encanto seguirán arropándose con imágenes y recursos propio de quienes sentimos el palpitar de la misma vida. Gracias.

[Maria Beatriz Vicentelo Cayo]

La mueca descorazonada

de los años ahora suplicantes

se arremolinan en torno a la fogata

tan solo esperando un poco de cenizas.

¡Ciertamente nuestra mirada cambia con los años!  Yo miraba los ojos de mi padre y pensaba que era por las ojeras y caída de párpados que se pronunciaban con el tiempo.  Hoy me doy cuenta que estaba equivocada, tal vez pueda encerrar cierta razón, no lo sé con exactitud, porque las líneas del rostro van para abajo y  ello da una expresión no precisamente de alegría.  

También porque nuestra sensibilidad se pronuncie con mayor ahínco?  Si, es cierto. 

Nuestra mirada cambia y nuestro corazón de la nada, llora; por más sonriente que se nos presente la vida.

¡Excelentes metáforas mi querido amigo!  Ese color turquí,  viene de turquesa... ¡Grandioso!  Tu poema no solo exhibe imágenes selectas, sino que a la vez también ofrece términos nuevos

Omnipotente y fenomenal

burbuja azul a la deriva,

aquella de realidades cotidianas

tiene al agua como sus esporas difíciles

Si, que vienen difíciles.  No se si porque cambiamos nosotros o porque también cambian nuestros hijos, ya dejaron de ser niños y no están bajo nuestras sugerencias, menos mandato;  ellas ahora ya son reinas de su propio imperio y uno al parecer no sabe nada.  Y ante recriminaciones,  mejor guardamos silencio y si acaso, por esas suertes, nos piden opinión, nos limitamos solo a monosílabos.  Ley de la vida amigo.

Muchas gracias, mis reconocimientos Orlando!  Has versado con gran verdad!

Mis saludos poeta con gran afecto!