EL SECRETO DE TERESA.

[MÓNICA LOURDES AVILES SÁNCHEZ]

Ya que se aproxima el 10 de Mayo, día DE LAS MADRES en México, así como en otros Países, los invito a leer esta bonita historia.                 

                                                                               EL SECRETO DE TERESA.

Este relato, sucedió en una provincia del País de México, como suele pasar, en muchos otros en el mundo.

Teresa, la hija menor de una familia de clase media, religiosa, con valores, principios y costumbres  ancestrales, sus padres  Alberto y Josefina, sus hermanas Gloria y Rosa María, ellas eran tan jovencitas, que solo se dedicaban a estudiar, y su madre cuando los quehaceres se lo permitían, les enseñaba a cocinar; y otros menesteres, para cuando llegara el momento de que ellas tuvieran que casarse, obviamente sus padres deseaban y pensaban que fuera, con hombres de bien, trabajadores  de educación, tanto académica como familiar.

El tiempo transcurrió,  y aquellas niñas crecieron y llego lo esperado Gloria y Rosa María, conocieron a jóvenes que como ellas, gustaban de pasear y divertirse sanamente, mientras que Teresa, se divertía leyendo, y acudiendo a la iglesia, por las tardes, pues deseaba ser religiosa; y por supuesto sus padres estaban felices, por ello. Ya que sus hermanas, solo pensaban en fiestas, muchachos y en algún día casarse.

Cosa que  no tardaron mucho en hacerlo, tuvieron hijos y cada una tomo su camino, al lado de sus respectivos maridos. Quedando Alberto y Josefina,  únicamente con su querida hija Teresa, orgullo del matrimonio.

Pero una noche de invierno, fría y lluviosa, mientras Teresa y sus padres tomaban su cena, llamaron al portón de la casa, aquel portón grande y pesado de madera,  Teresa sin pensar se puso de pie, y se adelantó para abrir, y cuál sería su sorpresa, al encontrar una caja en el piso mojado y frio, con un recién nacido en su interior, ella la levantó, y rápidamente la introdujo a la casa, una casa en donde se aspiraba la paz y la armonía.

Sus padres y ella extrañados con el suceso, empezaron a sacar al niño, y entre sus ropitas encontraron una carta que decía: “Les entrego lo más preciado de mi vida, pero no puedo mantenerlo, se los dejo con todo el dolor de mi alma, para que le den una buena educación, y un hogar digno”.  Entonces Alberto y Josefina, se preguntaban que iban a hacer con él, ellos ya estaban grandes de edad, y sus fuerzas no eran óptimas, entonces Teresa, muy segura de sí les dijo: —yo me quedare con él, y me hare cargo de todo, esa es mi decisión, sus padres incrédulos solo la veían, y le preguntaban, ¿Teresa, qué va a decir la gente, cuando se enteren de esto?, si tu ni novio tienes y nunca lo has tenido. Pero a ella era lo último que le interesaba, tenía tanto amor, y era tan devota que, no fue difícil para Teresa, consagrarse a ese niño, por completo, dándole por nombre Saúl, su apellido y todo su amor.

Saúl como todo niño, crece asiste al colegio, y Teresa se convierte en su madre, una madre comprometida y trabajadora, capaz de solventar las necesidades de su querido hijo, pero al correr de los años fallecen sus padres;  quedando afortunadamente con la compañía de Saúl.

El chico nunca le pregunto a Teresa, en donde estaba su padre, parecía que no le hacía falta la figura paterna, y así creció, para él era normal tener solo a su madre.

 

Este jovencito era tan inteligente, que siempre, estudió becado, un día su madre le pregunto, —Hijo ya casi terminas la preparatoria; has pensado ¿qué carrera vas a escoger?, o ¿qué te gustaría ser en la vida?  Y él le contesto muy seguro de sí mismo — madre, quiero ser médico.

 

Muy bien hijo, pero para eso tendrás que irte a la capital del País, pero yo me iré contigo, para asistirté, él se puso muy contento, la abrazo y le dijo—madre no te separes de mí nunca, y cuando yo sea médico velare por ti, y te remunerare todos los sacrificios que has hecho por mí, entonces, Teresa le dijo, —está bien hijo, yo me iré contigo hasta donde tú me necesites, solo te voy a pedir un favor muy grande, cuando yo muera, quiero que me traigas a sepultar a mi querida tierra, al lado de los míos; y Saúl le hace la promesa a su madre, de que así lo haría.

 

Pasan los años de sacrificio y trabajo para Teresa, Saúl ve coronados sus estudios, y al fin se recibe de médico, y siguió viviendo con su madre, nunca la dejo sola, hasta que un día, como cualquier joven normal, decide casarse, formando una linda familia, que a través de los años, sus hijos, le dieron muchas satisfacciones, así como él se las dio a su madre, siendo un hijo, un hombre de bien y un padre ejemplar.

 

Pero como nada es para siempre, Teresa con sus años, cae enferma y fallece, entonces Saúl recordó, lo que su querida madre, le había pedido un día, antes de que salieran de su pueblo, él ser sepultada allá, en donde se encontraban los suyos.  El lleva las cenizas, al lado de Gloria y Rosa María sus queridas tías, hermanas de Teresa.

Fue ahí cuando ellas, le contaron a su querido sobrino, toda la verdad, del secreto de Teresa, cuando siendo una jovencita y sin haber conocido el amor de un hombre, y sin ser su madre biológica, lo había criado y acompañado con todo su amor maternal, hasta el día de su muerte, llevándose con ella el secreto que guardo por tantos años.

Saúl, agradecido enormemente por su sacrificio, lloro hasta el cansancio ante su tumba, jamás quiso conocer a la madre biológica, tampoco tuvo el más mínimo interés de buscarla, y dijo, —mi única madre fue y será reconocida siempre por mí, Teresa.

El regresó y se quedó para siempre, en el lugar en donde se encontraban su esposa y sus hijos, y cada vez que puede hace el viaje, única y exclusivamente, para visitar la tumba de su amada madre.

 

“Recordemos que no es madre la que engendra, si no  la que cría, la que se desvela en las noches de enfermedad y se preocupa por la educación y bien estar de una criatura”.

 

Autora del Relato:

Mónica Lourdes Avilés Sánchez.

Derechos Reservados.

 

 

 

                                       

 

[MÓNICA LOURDES AVILES SÁNCHEZ]

ANA MERCEDES, GRACIAS AMIGA POETISA POR TAN LINDAS PALABRAS, BESITOS

[SENDA]

MUY CIERTO, NO ES MÁS MADRE LA QUE ENGENDRA SINO LA QUE ACOMPAÑA SIEMPRE

[MÓNICA LOURDES AVILES SÁNCHEZ]

J. GERAK UNA CALIDA VISITA LA CUAL APRECIO PROFUNDAMENTE, UN ABRAZO FRATERNO

[MÓNICA LOURDES AVILES SÁNCHEZ]

MARIA DEL SOCORRO, GRACIAS POR TU COMENTARIO, BESITOS

[MÓNICA LOURDES AVILES SÁNCHEZ]

TERESA AURELIA, UN PLACER TU VISITA, BESITOS

[MÓNICA LOURDES AVILES SÁNCHEZ]

ERIKA ISABEL,  POETISA.

[MÓNICA LOURDES AVILES SÁNCHEZ]

MYRNA SILVIA GRACIAS AMIGA QUERIDA POR LEERME, BESITOS

[MÓNICA LOURDES AVILES SÁNCHEZ]

MARIA ES BELLO RECIBIRTE EN MIS LETRAS, TU TIEMPO Y TU COMENTARIO ACOMPAÑADO DE LA LINDA GRÁFICA, BESITOS

[MÓNICA LOURDES AVILES SÁNCHEZ]

CARLOS EDUARDO, UN HONOR TU COMENTARIO LO APRECIO MUCHO

[MÓNICA LOURDES AVILES SÁNCHEZ]

QUERIDISIMA VILMA LILIA, ES UN GRAN GUSTO SIEMPRE QUE ME VISITAS , BESITOS HERMOSA