El mundo
se me ha venido encima
y he percibido el ruido del olvido,
vivo entre las rejas de mi conciencia,
donde se escondió la risa,
el amor y todo es extravió.
Un dolor de muerte
se esconde en mi desierta alma,
porque desde hace años,
se me extravió la bitácora
de la existencia.
He sentido sobre mi piel
el encendido frio del sufrimiento
y he visto
como se han tatuado en mis ojos
la luz de plata
de mis gélidos tiempos.
Emigró de mi refugio
las voces alegres de la brisa
y me quedé
con mis versos tristes,
sin poder esbozar una sonrisa.
Lejana veo la tumba,
que me toca,
a donde todos vamos,
pequeños, grandes, pobres o ricos.
Alguien se apropio de mis sonrisas,
aquellas que volaba junta a la brisa
y le lanzaba flores a la vida,
sin pensar en el mañana,
sólo bebiéndome la vida
a cada hora,
como si se fueran a acabar
las auroras.
¿Quién conoce el infierno mejor que yo?
si no has estado ahí,
no me critiques,
porque lo que yo vivo,
es más que una depresión,
es el terror de seguir vivo.
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