EL ESCENARIO DEL MIRAR
Los pajonales rubicundos
ondeando sus espigas de oro
extienden alas capaces de capturar
con un solo guiño la placidez lenta,
alejándose cual alfombra rauda.
Al lado del riachuelo calmado
y anónimo repta entonando un himno,
impregnándose con hierbas frágiles
y las piedrecillas polícromas parecieran
un extenso desgarro de infinitos violines.
Mientras el camino confundido
en sus curvaturas, a veces con descansos
bajo las sombras del ejército de árboles
o desérticos páramos donde el último
maguey despidió su presencia de todo verdor.
La inmensidad de la bóveda azul
asemeja su convexidad en una gran
campana donde conjugan implacable
vibrando la vida, elevándose desde
la tierra hasta levitar en el mismo vacío.
En este escenario cotidiano, tildando
con singular ternura desprendida del aroma
cristalina del agua y de la epidermis
golpeada por una sola piedra, se levanta
luciendo entre luceros intensos, tus ojos negros.
Orlando Ordóñez Santos.
Derechos Reservados – Imagen de la Red
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