El árbol y yo
Acostumbrada estoy a mirarte de mi ventana,
el verte vestido de verde, me alegra el corazón.
Pero ahora, en otoño, ya no es el mismo tu color
tus hojas se van tornando de tono amarillento
y seco.
El viento inclemente desnudo te va dejando,
tus brazos ya no dan ni sombra ni abrigo.
Y los pájaros se van en busca de otros lares,
para formar sus nidos.
Y yo, como tú, igual me voy quedando,
el ocaso me va ganando, los días ya
son más fríos, ya todo se va nublando.
Los años pasan unos tras otros y con ellos
poco a poco la existencia se va acabando.
Y llegará el día en que mi alma vuele
en busca de otro paraje.
Tú, después te verás frondoso,
a ti volverán los pájaros
y de nuevo harán sus nidos.
Darás sombra y abrigo
y de la ventana te veré color
verde y airoso.
Y a mí, el frio y el viento cruelmente
me marchitarán,
la juventud no volverá, los días serán
de profunda soledad, sin sol y sin sonrisas
que nadie me dará.
El tiempo inclemente despojará de mí
la alegría, el ensueño y la ilusión.
Y de mi, un día saldrá el último suspiro
que se eclipsará en la oscuridad.
Teodora León Salmón (Telsa)
D.R.
Comentario
¡Qué bella analogía! ¡Me encantó tu poema!
Aunque si bien el árbol se cubrirá de verde
en la próxima primavera también le llegará su ocaso
pues todo es perecedero en la existencia.
Gracias por compartirlo, fue un placer leerlo.
Saludos fraternos, Teodora.
Qué lindo sería abrazar en todo momento
la dicha y la alegría permanentes,
pero, es un albur la vida misma, muchas veces,
mas, con coraje y optimismo,
se tiene que vencer barreras e imposibles,
así como, con verdadera emoción leo tus versos
que aunque tienen rocíos nostálgicos, son bellos.
FELICITACIONES Teodora.
Estimada Teodora: Gracias por brindarnos el verde fruto de tu imaginación poética. Te deseo mucha salud y bendiciones, Chente.
Y yo, como tú, igual me voy quedando,
el ocaso me va ganando, los días ya
son más fríos, ya todo se va nublando.
Los años pasan unos tras otros y con ellos
poco a poco la existencia se va acabando.
Y llegará el día en que mi alma vuele
en busca de otro paraje.
La vida, amiga querida y su trayecto imparable que nos conduce al ocaso inevitablemente.
Pero nos deja la frescura de las primaveras vividas, donde ha florecido el amor y perseverado la esperanza hasta el último aliento. Así como el árbol nuestras ramas dan cobija al milagro del despertar y a sus azares. El tiempo transcurre y deja sus huellas que nos hacen más humanos y nos permite acariciar sus instantes.
Una bella entrega del alma que versa sus bondades, con la fuerza del espíritu que nos emociona y nos inspira.
Gracias por tan excelso compartir.
Agregado por Nilo 0 Comentarios 1 Me gusta
Agregado por Nilo 0 Comentarios 1 Me gusta
© 2025 Creada por Aimee Granado Oreña-Creadora.
Con tecnología de
Insignias | Informar un problema | Política de privacidad | Términos de servicio
¡Tienes que ser miembro de ORGANIZACION MUNDIAL DE ESCRITORES. OME para agregar comentarios!
Únete a ORGANIZACION MUNDIAL DE ESCRITORES. OME