Como erizada púa, el agravio te sorprende
con su crítica y mal juicio destemplado
-marciales estandartes enarbolados-
por hidalgos justicieros inclementes.
¿No sabe acaso, aquel que agravia
exponiendo al desnudo a su oponente
que el arma con que, sin piedad, hoy hiere
deja su huella indeleble en el mañana?
¿Ni sabe que al dilacerar a los demás
primero, es de sí mismo de quién habla,
y en su enconado acecho y mezquindad
es a sí mismo a quién más daña?
Que al erigirse en juez de la verdad ajena
sólo cosecha victorias sin simiente
porque basando en la mentira su argumento
va destruyendo con los otros todo puente
Y aún así, creyéndose triunfante en su vileza
con el trofeo del perjuicio ajeno,
orgulloso, y cada vez más ciego
confunde glorias donde reina la bajeza.
Y en el volátil transcurrir de su camino
no ve que troca el amor, por la tristeza,
riega las piedras, con las que tropieza
y en el agravio, también sella su destino.
Comentario
REALMENTE ME HA PARECIDO BUENO
CON UNA BUENA CARGA REFLEXIVA
UN ABRAZO
Muy buen poema un honor dejar mu huella en sus letras
Agregado por Nilo 0 Comentarios 1 Me gusta
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