Se fueron,
los suspiros empañando la alborada,
queda la noche perdida.
Mueren las ganas,
crepúsculos sangrientos se anuncian;
rostros coloreados de matices purpura.
La mirada en el recuerdo,
la mente sueña,
quizás en cosas imposibles,
la fe alienta esperanza.
Consume el tiempo la vida,
primaveras lejanas,
veranos ardientes,
otoños dorados,
el frio anuncia inviernos.
Recuerdos
en dorados bordados decoran mi mente,
mas allá del tiempo
viven emociones lejanas
aun presentes.
Tu recuerdo que alimenta,
quizás mañana.
Presentes sucesiones y suspiro,
aunque no estés te tengo,
en mi afán no desaliento y siento,
mientras suspire,
serás ni vida presente
Donald D LP
Comentario
Muy bello, Donald.
"... en dorados bordados decoran mi mente, ..."
Los recuerdos... es hermoso atesorarlos siempre que no entorpezcan el goce del presente. Indudablemente las nostalgias del pasado a veces nos entristecen pero pensemos que las experiencias vividas han dado como fruto el ser que somos en este hoy que estamos disfrutando. Además que nos queda un futuro (no sabemos de cuánta duración) para gozar nuestra existencia.
Muy bello tu poema, sobre todo muy profundo. Coincido con Beatriz... el ¡cierre es de lujo! ¡Felicitaciones, Donald!
Bea Vicentelo, que lindo comentario me dejas!!! Gracias amiga.
Adolfo, muchas gracias poeta.
El tiempo es como un río, se asemeja mucho: nunca las aguas son iguales y siempre van hacia adelante, nunca regresan.
Ahora bien, el río va al mar, desembocan sus aguas en estuarios, ¿el tiempo en dónde desemboca, a dónde va? El tiempo no tiene fin.
Pero NUESTRO TIEMPO sí lo tiene y sabemos a dónde va... ¿A dónde? A la sepultura. Será el Leteo de la mitología griega? Porque hay un caronte esperando nuestras monedas, nuestro pago y cuál es? Yo creo lo que nos queda de vivencias hechas sueños, en algunos casos; en otros se perdió la memoria o sea hemos muerto en nuestro intento de llegar a tiempo para subir a la embarcación. Porque en ese intento:
Se fueron,
los suspiros empañando la alborada,
queda la noche perdida.
Mueren las ganas,
crepúsculos sangrientos se anuncian;
rostros coloreados de matices purpura.
-.-
Consume el tiempo la vida,
primaveras lejanas,
veranos ardientes,
otoños dorados,
el frio anuncia inviernos.
Y el invierno en el HOMBRE es muy largo, triste porque en el camino dejó sus primaveras, las perdió, ya que cada tramo de vida, tiene sus características vivenciales. ¿Qué nos queda, si acaso no estamos desmemoriados? El recuerdo de lo que una vez fuimos y amamos. Bueno nadie nos quita lo bailado! Ya es algo.
Y aquí aparece el recuerdo ya como un aliciente, no como un menoscabo, se presenta como un émbolo, lo que significa que no hay rendición en el hombre y me pareció LINDISIMO tu final mi querido Donald:
Tu recuerdo que alimenta,
quizás mañana.
Presentes sucesiones y suspiro,
aunque no estés te tengo,
en mi afán no desaliento y siento,
mientras suspire,
serás ni vida presente
¡Me encantó mi buen amigo!
Felicitaciones!
Muchísimas gracias
!Muy buen poema Donald!
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