Cuando había flores en mi camino
y el amor florecía sin abrojos,
cuando la brisa del amor
me favorecía
y navegaba rápido mi velero
hacia tu bahía.
Cuando todo el cielo era sólo mío,
llegó la fatalidad,
a hacer morada en vida,
se paralizo de repente el gemido de mi alegría
y mis lagrimas suplieron,
las flores del camino.
ya el sol no ilumina mi destino,
ni las aves del amor alzan el vuelo.
Hoy la brisa se viste de luto
y se muere la esperanza
porque le quitaron a mi risa
el motivo de su alegría.
Cuando se acabe este dolor tan agudo
y me planten en el jardín del olvido,
estaré feliz porque estarás conmigo.
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